Aunque la vida camine y se empeñe en frenarme…
Aunque los pasos parecen que vayan hacia atrás…
Las cosas pasan, si deben pasar.
He intentado luchar contra huracanes;
Y día a día me levanto con un escudo nuevo pintado de valor, mientras por la noche, al acabar, lo tiro destrozado por la lucha mantenida.
En mi cuerpo y en mi mente se cicatrizan batallas, camufladas entre ganas de sonrisas al prójimo.
Y aunque las fuerzas me fallan muchas veces, miro arriba y me recargo de las ganas que hacen falta para al menos andar; no sólo porque me guste el color del cielo en todas sus formas, si no porque hallo la paz cuando sé que llamo a tu puerta y abres Señor.
No sé si lo hago bien. Solo sé que quiero hacerlo, porque aunque no quisiera, debo.
El sentimiento de estar lejos es una elección. Yo elijo creer que aquello que amo siempre esta cerca.
Al fin y al cabo, alguien me habló de la importancia de crear momentos; los anclajes que la memoria tiene para saber que hemos vivido, y de amar a quién ha sido importante en nuestra vida, pese a todo.
Nadie recuerda cada segundo, pero sí se aferra a los trazos de experiencias que hoy describen su yo.
Abrazamos minutos dentro de años que se diluyen entre muchas insignificantes razones para vivir, y conseguimos entre tantos flashes escoger el que nos roba una sonrisa, o el que duele tanto que nos hace más fuertes.
Podrá oscurecer el tiempo una realidad imposible. Quizás divaguemos en un dibujo con colores felices sin botones de off, donde el espacio sea el corazón y el presente en sueño, el bastón para soportar la vida.
Tú tienes libertad para elegir, pero no elijes sólo tú.
Las cosas, pasan si deben pasar