Busco, y busco palabras para poder describir tanta impotencia, tanta cobardía, tanta irracionalidad. Y sólo encuentro tristeza devastadora.
Perdimos muchas cosas, que dudo reencontremos algún día. Perdimos la fuerza añorada de ser parte de un regalo.
Cómo hemos dejado que miremos donde miremos, sólo haya vacío. Que hoy, lo difícil sea la compostura, y lo fácil, ir en contra de todo y de todos. Asesinar sueños.
Que donde vivimos, llamado democracia, se haya permitido arraigar el odio ya legalizado.
Que, en una Europa civilizada y libre, estemos encarcelados y encima se permita, porque se desvíen nuestras atenciones a otros ámbitos más … digamos… lucrativos, de moda, o impostergables subjetivamente opinado.
Hoy, una vacuna que salvaría a media África no es rentable, la investigación de enfermedades mortales tampoco, y el atajar pucheros hirvientes de desórdenes sociales, mucho menos.
Ocurre desgracia tras desgracia, y el mundo sigue impasivo hasta su completa destrucción. ¿Seremos nosotros quienes acabemos unos con otros, o vendrá Dios antes?
Deberíamos pararnos a pensar y ver qué está en nuestra mano hacer. Cómo enfocar esta ira que sentimos hoy, imperiosa de misericordia, pero justificada ante tanta realidad hiriente.
No me centraré en las historias de las víctimas, es imposible sentir su hoy. Mi más sentido pésame.
Me enfoco en mi vida.
¿Qué estoy haciendo yo por ti? ¡A quién puedo decirle yo, una simple e insignificante persona con aires de intento de escritora a tiempo parcial, que se reaccione!!!???
No sé dónde caerá este texto, estos sentimientos desordenados como el mundo, que sólo intentan canalizar a través de símbolos una agónica impotencia por hacer algo…
Sólo sé que no nos damos cuenta, y estamos apagando la única Luz que mantenía nuestro corazón incapaz de cometer tantas atrocidades.
Por favor, si por casualidad me lees, creas o no, haz una oración por esas personas que necesitan reponerse, al menos, para seguir adelante.
Hoy el mundo necesita más que nunca a alguien Grande que le guie, pues hemos visto que nosotros sólo nos conducimos al desastre.
Sólo Uno puede restablecernos a nosotros mismos, en un espacio imposible de resurgir entre tanto quebranto. Busquemos de nuevo la Fe. No podemos perder nada más de lo que ya hemos perdido cuando no creíamos en Dios. Yo perdí la confianza hace mucho en los hombres como guías de nuestro mundo, sólo falta abrir los ojos.

Observa y llora.