Él era así. Como la brisa fresca que llega cuando te ahoga el calor y dejas caer tu cuerpo en la sombra ansiada.

Cuando recuestas tus responsabilidades en algo mullido sobre la nada.
Esa sensación que al cerrar los ojos e intentar quedarte en stand by te desplaza a un mundo paralelo en la que no cabe ya tu agradecimiento por ser tan feliz.

Me hacia sentir que aún era posible algo más.
Sólo bastaba una sonrisa, una mirada, una conversación para que mi mente despegase ansiar un café a cualquier hora, pero a su lado. Tan sólo un café. Ese café que él hacia que supiese diferente. Que tuviese un espacio sólo mio. Para respirar.

Con él me olvidaba de todo y de nada. Los pensamientos contradictorios chocaban pero en gran parte me hacia verlo hasta divertido… pues nos reíamos de mis lapsus psicológicos enrevesados que una mujer no puede explicar… sólo vivir.

No quería pasar de ese límite. Ese límite era mi permitido. En el que sentía era el correcto. Tan sólo era una amistad que me llenaba. Que me dejaba ser.

Llegó en un momento de mi vida en el que ya no esperaba nada salvo hacer feliz a los que me rodean. Con esa felicidad ajena yo me sentía cómoda, confortable y sumisamente agradecida. Y aunque habían momentos en esa vida en los que la nostalgia me quería decir algo… yo me conformaba con el espacio llenado aún sabiendo que en algún rincón quedaba un vacío que reclamaba no estar. Ese vacío que siempre había existido pero consciente e inconscientemente había acallado entre tareas diversas de hija, hermana, madre, esposa, trabajadora, compañera,… tareas de todo y ninguna de ser una misma.

Cuando las cosas no iban… simplemente cerraba los ojos y borraba los dibujos imperfectos de mi vida para ver los otros colores de lo que el destino me habia regalado. Asi que, en mi mente y en mi corazón, cada día pintaba un cuadro, tenia trazos multicolor pero también borrones forzados para no querer quedarme ciega. Esos borrones que pintan las lágrimas en silencio, pero que te hacen fuerte para construir cada sonrisa de a quienes amas.